¿Qué significa la palabra Doula?
El origen de la palabra "doula" viene de la Antigua Grecia y significa "esclava". Mujeres dedicadas a una familia que, además, asistían durante el parto y posparto de la mujer.
En la actualidad, la figura de una doula no tiene nada que ver con el concepto de esclavitud, sino a la mujer que acompaña emocionalmente a la embarazada durante todo el proceso de la maternidad.
Hay diferentes maneras de acompañar como Doula.
Yo, con todas las titulaciones que poco a poco voy adquiriendo, me identifico más como doula de maternidad, (embarazo, parto y postparto) junto con todo el aprendizaje de Asesora de lactancia y Educadora de porteo ergonómico.
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¿Cuál es mi función?
Mi función es acompañar emocionalmente, físicamente y dar todo el apoyo y la información necesaria a mujeres y sus familiares para poder vivir un parto empoderado, también en todos los procesos de la maternidad.
La Doula está especialmente formada y preparada para poder acompañar a lo largo de todo el embarazo. Las propias asociaciones de doulas se describen así mismas como personas que acompañan emocionalmente a las mujeres, durante el embarazo, el parto y el posparto asegurando que su función es asistir a la familia y favorecer un ambiente tranquilo y acogedor para el nacimiento.
Una Doula no es personal sanitario, sino que trabaja junto con el personal sanitario concretamente con las matronas. Tanto la OMS (Organización Mundial de la Salud) con la Asociación Americana de ginecología y obstetricia señala que el acompañamiento en todos los procesos de la maternidad es sumamente positivo tanto para la madre como por la familia.
Diferentes estudios realizados a lo largo de los años nos avalan demostrando que la madre o familia que es acompañada por una doula, tienen experiencias mucho más positivas tanto en el parto como en toda la maternidad en general.
Hay evidencia científica que nos dice:
- Reducción de cesáreas a la mitad.
- Disminución de un parto instrumentado y medicalizado.
- 40% menos del uso de fórceps.
- 60% menos del uso de epidural.
-reducción en un 25% de la duración de los partos.
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Hoy en día casi todos los hospitales te dan información para hacer tu plan de parto, ¿pero realmente es respetado?
Es importante estar informada de todos los procedimientos a seguir en el parto y pedir que nos informen de todo en todo momento.
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Me gustaría contaros la vivencia de mis partos, todo y que no fueron del todo mal, alguna cosa sí que se podría corregir, sombre todo el consentimiento informado.
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Relato de mis partos
Como ya he explicado en alguna ocasión, soy mamá de tres hombrecitos, ellos son el motor de mi vida, el aire que necesito cada día para respirar y levantarme cada mañana con ganas de vivir y acompañar en todo y cada uno de los procesos de la maternidad en general.
Mi primer parto fue todo muy rápido e inesperado, ya que no era el momento aún. Vivíamos al lado del hospital público, a unos 100 metros y un día decidí, todo y que me encontraba bien, que necesitaba ver a mi bebé, fue como un sexto sentido, sabía que algo estaba pasando. Yo estaba de 32 semanas.
Fui de urgencias sin tener dolores ni molestias, y cuando me tenían tumbada en la camilla vi como mucho movimiento de médicos en la sala, no sabía muy bien lo que estaba pasando y finalmente el ginecólogo de guardia, me dijo que me tenía que quedar ingresada, tenía el cuello del útero borrado y ya estaba dilatada de 3 cm con el riesgo de tener un parto prematuro. No me lo podía creer. Enseguida les dije que llamaran a mi marido.
Estuve una semana ingresada sin moverme de la cama, solo me levantaba para hacer pis.
Después de este tiempo me dieron el alta médica, y me inyectaron la maduración de los pulmones por si mi bebé nacía antes de lo previsto.
Una vez en casa, todo y que hice bastante reposo no fue el suficiente. A la semana 34+5, a las 4 de la tarde rompí aguas, sola, en casa de mis padres y mi marido a 100 km de distancia.
En todo momento estaba tranquila, me duché, me arreglé y cuando llegó mi marido fuimos al hospital, llegamos a las 6 de la tarde, me ingresaron directamente y en la misma habitación me pusieron las correas para controlar en corazón de mi bebé. Hacia las 20 h y al ver que no empezaban los dolores de parto me inyectaron oxitócica sintética, sin apenas información y ni siquiera preguntar y en unos minutos ya empecé a notar los dolores.
De mis tres hijos recuerdo el primer parto como el más doloroso, la oxitocina sintética, al ser artificial y el cuerpo al no reconocerlo como propio hace que los dolores sean mucho más intensos.
Cuando en un parto tenemos miedo, frío, estamos en alerta, no estamos cómodos, nos sentimos observados, generamos la liberación de adrenalina, hormona unida al sistema simpático (SNS). Esto hace de inhibidor de un parto fisiológico.
Por el contrario, cuando nos sentimos seguras, en buena compañía, en silencio, con poca luz, en la intimidad, desaparece la adrenalina, activando él (SNP) sistema nervioso parasimpático e iniciando la liberación de oxitocina (la hormona del amor) muy necesaria para un parto fisiológico y natural.
Siguiendo con el relato de mis partos, después de estar tres horas sufriendo contracciones artificiales muy dolorosas no provocadas por mi cuerpo, a las 23 h me subieron a quirófano, me pusieron la epidural y a las 23:54 nacía mi pequeño Aleix, prematuro de 34+5 semanas y con 2450 kg y 47 cm. No necesito incubadora y tampoco me dejaron darle el pecho.
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Como dice la OMS: “una buena experiencia de parto va más allá
de tener un bebé que nació sano”.
Mi segundo embarazo fue a término. Aquí en Gerona tenemos un mito que yo la verdad no sé si llamarlo mito o realidad, porque parece que funciona de verdad.
Si una embarazada quiere ponerse de parto y está en la fecha probable, solo tiene que ir a subir las escaleras de la catedral de Gerona.
Tenemos una catedral con casi 100 peldaños y es típico ver embarazadas subiendo y bajando.
Pues así lo hice, una noche después de una buena cena con mi marido fuimos a pasear por los alrededores de la catedral y subimos las escaleras. Era el día 2 de octubre y la fecha probable de parto era el día 4 de octubre. Esa misma noche recuerdo despertarme a las 4 de la madrugada por un calambre en el dedo grande del pie. Hay empezaron las contracciones, me aseé y el dolor de las contracciones cada vez era más intenso y sobre las 6 de la mañana lleguemos al hospital, yo ya dilatada de 7 cm. Me subieron a quirófano, ahí recuerdo que me introdujeron una aguja como de tipo ganchillo (muy larga y fina) para romper la bolsa de líquido amniótico donde estaba mi bebé protegido de cualquier infección externa. La bolsa amortigua la presión del canal del parto sobre la cabeza del bebé durante las contracciones, esto puede incluso llegar a ser beneficioso si el bebé tiene una circular con el cordón umbilical alrededor de su cuello. Una de las complicaciones posibles de la rotura artificial de la bolsa, es el incremento de riesgo de infección neonatal y materna, los tactos practicados durante el momento del parto también pueden influir.
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La OMS aconseja: “No realizar tactos vaginales antes de que haya
transcurrido cuatro horas desde el anterior. En el documento
de cuidados en el parto normal, afirman que debe existir una razón
válida para interferir con el proceso natural”.
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Mi bebé Pol nacía a las 9:55 de la mañana con 3140 kg y 49 cm. A él si tenía muy claro que quería darle pecho y así fue. Todo y pasar bastantes dolores al amamantar, pude darle pecho hasta más o menos los 4 meses.
Y ahí sí que va mi último tesoro y superbuscado, pero no menos deseado que los demás.
Después de un embarazo diferente a los demás y de tener muy claro que quería dar el pecho si o sí. Una mañana de viernes recuerdo que me estaba arreglando las uñas y sentía que ese sería el día. Ya llevaba varios días con el cuello borrado y dilatada de varios centímetros, pero aún me faltaban dos semanas para la fecha probable de parto. Llamé al ginecólogo y nos dijo que fuésemos a verlo a la consulta. Solo verme, me hizo un tacto, me dolió, en ningún caso me informó de la maniobra de Hamilton, y me dijo que ya podía ir a la clínica hacer el ingreso que estaba dilatada de 6 cm. Cuando lleguemos a la clínica a las 15 h más o menos, nos dieron la habitación. Una de las cosas importantes para mí era que quería probar sin epidural, lo había comentado en las clases preparto y mi comadrona lo sabía.
Me facilito la pelota y me dejo poner música relajante en la habitación. Todo y el dolor de las contracciones lo supe llevar bastante bien. Estuve un rato en la pelota, andando y bailando suavemente por la habitación, hasta las 18 h. No había roto aguas aún, no me molestaron en ningún momento, no vino nadie. A las 19 h de la tarde rompí aguas y avisemos a la matrona. Todo y que me considero una persona valiente, no pude aguantar más y pedí la epidural, quería poca cantidad, quería sentir el parto y así fue, mi bebé Oriol nacía a las 19:45 h con un peso de 3150 kg y 49 cm. Gracias a mi plan de parto, pude esperar a realizar todo tipo de pruebas médicas rutinarias al bebé y todo y que no pude hacer agarre espontáneo, (estaba muy dormido, por los efectos de la anestesia y tuve que ayudarlo a llegar al pezón) estoy contenta porque mi pequeño a día de hoy con 29 meses sigue enganchado a la teta.
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Todas las personas tenemos derecho y podemos escoger como vivir y sentir nuestro parto y el nacimiento de nuestro bebé, es importante pedir información en cada momento.
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Existe la página web: http//.pdn.panges.org (proderechos del nacimiento).
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